Cruceños Ahumados

Que agradable es cuando uno llega a su casa a descansar después de una jornada de trabajo, estudio o lo que sea. Lo que no es muy agradable es llegar con toda la ropa con olor a humo, y no precisamente el humo que sale de un buen churrasco. Tampoco es muy agradable entrar al dormitorio encender la luz y ver que hay humo en el cuarto.

Así es el problema del humo proveniente de los chaqueos está sobrepasando lo aceptable, si es que existe la contaminación aceptable.

Cada año sucede lo mismo, en el mes de septiembre la ciudad se llena de humo, algunos días una humareda leve y otros como el día de ayer una humareda que no permite ver más allá de doscientos metros y se siente hasta el olor del humo.

Ante esta situación resultan curiosas y graciosas medidas como prohibir las fogatas en San Juan para evitar la contaminación.

La verdad es que no se absolutamente nada de agricultura, pero me cuesta creer que no exista una mejor forma de limpiar los campos que quemándolos.

El humo además de afear la ciudad en una mes que es tan visitada por gente del interior y del exterior, afecta a toda la población provocando problemas respiratorios y en la visión.

Dejando de lado los perjuicios estéticos, ecológicos y saludables de este fenómeno, se tiene el peligro latente de que se produzcan incendios forestales de importancia que pueden afectar a comunidades, pueblos y ciudades, como sucedió hace unos años en Guarayos.

Esperemos que en algún momento los trabajadores del campo tomen conciencia de lo que hacen o que las autoridades tomen medidas para evitar el chaqueo en el futuro. Lamentablemente me parece que ambas alternativas están muy lejanas y a las cruceños no nos queda otra que convertirnos una vez al año en carne ahumada.

Estas son unas fotos que tome desde mi departamento.










Las siguientes las saque de un grupo de Facebook en contra de los chaqueos (si, hay grupos serios no todos son: "que cambada que los cholos entren a equipe" o cosas así.)

La primera es de Benicia Chavez y es de la plaza. La segunda es de Andrés Unterladstaetter de un bosque seco chiquitano calcinado. Trágico.